Las rutas de la Huella del Oro y del Escayo en Tineo Turismo 22 junio, 2021 Las rutas de la Huella del Oro y del Escayo son una combinación perfecta para descubrir la zona conocida como el Cuarto de los Valles, en la parte norte del concejo de Tineo. Ambas se complementan a la perfección. La primera es perfecta si buscas un paseo corto y asequible. En cambio, si quieres alargar tu caminata por los alrededores de Navelgas y visitar esta zona más allá de sus explotaciones auríferas, puedes combinarla con la segunda. CLICK TO TWEET: ¡Ir de ruta por Asturias siempre es una fuente de sorpresas! ¡Compruébalo! Y es que el Valle del Oro, como también se conoce a este verde rincón del suroccidente asturiano, guarda infinidad de tesoros arqueológicos antiquísimos, pero también naturales, con bosques autóctonos y caminos que aún son desconocidos para la mayoría de visitantes. ¿Te vienes a explorar estos valles repletos de historia y naturaleza exuberante? ¡Verás como las rutas de la Huella del Oro y del Escayo no te decepcionan! Todo lo que debes saber antes de calzarte las botas Las rutas del Escayo (PR. AS-285) y de la Huella del Oro (PR. AS-195) son dos recorridos diferenciados, aunque se pueden unir en una senda circular bastante fácil, de 9 kilómetros (en total), 4 horas y media de duración y con un desnivel positivo de 330 metros. Es importante que sepas que, aunque aquí abajo hablaremos de las características de cada uno de los senderos por separado, en esta propuesta de recorrido hemos fusionado la ida de la ruta del Escayo con la ida de la ruta de la Huella del Oro. Sin embargo, esta última la haremos en sentido contrario al trazado habitual para así cerrar un itinerario por todo lo alto. La ruta del Escayo La ruta del Escayo es fácil. Son 7,5 kilómetros de senda lineal (unas 3 horas y media solo la ida dependiendo del ritmo) que se hace circular al unirla con la de la Huella del Oro y tiene un desnivel positivo de 235 metros. Se trata de un recorrido bastante asequible para niños no muy pequeños acostumbrados a caminar, ya que no entraña demasiada exigencia física ni peligro alguno. De todas formas debes tener en cuenta el desnivel, y valorar vuestro caso particular antes de aventurarte a hacerla. A los niños más pequeños puede resultarles un poco complicada y cansada, así que no es la mejor opción para ellos. En cambio, tanto si el peque como tú lo aguantáis, puedes hacerla porteando, prestando atención al suelo, sobre todo en zonas resbaladizas y con más pendiente. * La ruta de la Huella del Oro (de la que te hablaré a continuación), mucho más fácil y corta, ¡es una alternativa genial para hacer con niños pequeños! Al contrario y desafortunadamente, la ruta del Escayo no es apta para sillitas infantiles ni para personas con movilidad reducida que utilicen sillas de ruedas u otros elementos de ayuda. Pese a que el firme es bastante bueno, algunos tramos están un poco cerrados por la vegetación, ya que es una zona húmeda en la que las plantas crecen rápido, así que no es buena opción para hacer en bicicleta. En cambio, si decides hacerla con perros estos disfrutarán de lo lindo, porque la ruta cruza el río Navelgas en un par de ocasiones y podrán darse un chapuzón refrescante para recargar pilas. La ruta de la Huella del Oro La ruta de la Huella del Oro, que parte de la bolera de Navelgas, es muy fácil. La duración es de 1,5 kilómetros (45 minutos aproximadamente), y el trazado es circular. El desnivel positivo es de 125 metros, que se salvan en la primera mitad del recorrido, ya que la segunda parte es toda cuesta abajo. Se puede hacer con niños pequeños, caminando si ya tienen cierta soltura o porteando, pero si eliges esta alternativa, has de tener mucho cuidado, ya que el terreno puede ser resbaladizo y haber ramas y raíces. Sin embargo, no es apta para sillitas infantiles o para personas con movilidad reducida. Tampoco para bicicletas, ya que el camino es estrecho, empinado (especialmente la primera parte), y hay bastantes obstáculos (ramas, troncos…). En caso de que la vayas a hacer con tu perro, has de tener en cuenta que no hay agua durante el recorrido, así que aunque es muy corta tendrás que llevar algo para que se refresque. Rutas de la Huella del Oro y del Escayo: descubriendo el “Valle del Oro” Este recorrido, en el que uniremos las rutas del Escayo y de la Huella del Oro, comienza junto al Museo del Oro de Navelgas. Desde allí tendremos que caminar por la acera que va pegada a la carretera AS-219 (dirección Bárcena del Monasterio/Pola de Allande) durante unos 300 metros, hasta que veamos en el margen derecho un camino que sube hacia el monte junto a una casa. Tras alrededor de 500 metros monte a través volveremos a llegar a la carretera, por la que tendremos que circular otro poco, esta vez por el arcén así que debemos extremar la precaución, sobre todo si vamos con niños o perros. Nos desviaremos a la izquierda junto a un taller de tractores (dirección Tarantiellos), y poco después a la derecha, para caminar por una pista alquitranada que va paralela al río Navelgas. Buscaremos en todo momento las indicaciones de la ruta, aunque en algunos tramos solo se conservan los postes, así que debes estar atento. De todas formas no tiene mucha pérdida, y debemos continuar por la pista principal, sin alejarnos demasiado del cauce del río. A lo largo de la ruta, cruzaremos varios puentes casi ocultos por la vegetación. El más grande y que salva el río Navelgas es el puente de Carceda, una zona perfecta para que tus acompañantes de cuatro patas (o incluso los de dos, ¿¡quién sabe!?), se den un chapuzón. Tras cruzar el puente, seguiremos el camino hacia la derecha a la vera del río, y subiremos poco a poco hasta que alcancemos la carretera. Habremos de circular pocos metros por ella, tomando un desvío a mano derecha hacia Folgueras de Muñalén. Justo al llegar a la primera casa del pueblo, giraremos a la izquierda hacia el monte. Puede que el primer tramo de pista esté un poco cerrado, pero no te preocupes porque aunque estos primeros metros sean un poco molestos, pronto se abre en un bosque precioso. Comenzaremos a subir hacia la sierra de Balbón, aunque no llegaremos a hacer cumbre, ya que casi arriba del todo, cogeremos una pista que va a la izquierda, siguiendo las indicaciones de la ruta del Escayo. Seguiremos todo recto por la ladera de la montaña, disfrutando de la vista panorámica sobre el Cuarto de los Valles, y poco después giraremos a la derecha y luego a la izquierda, para comenzar a bajar ya uniendo con la ruta de la Huella del Oro. A continuación debemos recorrer un pequeñísimo tramo de carretera (AS-219) hacia la izquierda (dirección Navelgas), y después adentrarnos por un camino también a mano izquierda bajando, siguiendo las indicaciones de la ruta de la Huella del Oro. El camino puede estar un poco escondido por la vegetación, pero tras varios pasos se vuelve a abrir en un valle de gran belleza. Durante este tramo del recorrido, visitaremos los restos de varias minas romanas de oro que datan de los siglos I-II d.C. En ellas se explotaron dos filones de 900 y 700 metros, en un complejo aurífero formado por varias minas subterráneas de las que aún se conservan canales, trincheras, depósitos y bocaminas. Para ello utilizaban la técnica conocida como Ruina Montium, es decir, en las cavidades se aplicaba agua, fuego y otros elementos, y de esta forma la gravedad sumada a la presión del agua, conseguían romper la roca creando esos recovecos de los que posteriormente extraían el oro. Los romanos desviaron el río Naraval desde su nacimiento en Folgueras del río, recogiendo el agua de fuentes y arroyos hasta el Chao de la Muela, donde se construyeron dos embalses para posteriormente utilizar la fuerza del agua para abrir la montaña. Es curioso pensar que estamos caminando por un valle artificial, ¿verdad? De hecho, antes de su explotación todo el valle era en realidad una montaña, y el escombro resultante se fue depositando bajo lo que es actualmente el pueblo de Navelgas. Volviendo a nuestro recorrido la ruta nos conducirá hasta la Mina de Entrepeñas, donde está el pozo La Moura, una oscura galería a la que actualmente no se puede acceder porque está inundada, pero que podemos intuir desde su parte más exterior. Pocos pasos más allá cogeremos un desvío a mano izquierda subiendo, aunque si vas con ganas y tiempo merece la pena seguir de frente hasta el cruce que indica “calero”, visitarlo y después dar la vuelta hasta este punto para continuar. * Los “caleros” eran hornos de piedra que se utilizaban para quemar piedra caliza y así obtener cal viva. La vegetación es exuberante en este último tramo de la ruta, con diferentes especies de helechos (real, lengua de ciervo, etc.), fresnos, alisos, sauces, avellanos, castaños e incluso hayas (especie que no es habitual encontrar en cotas tan bajas). A lo largo de estos últimos metros de ruta también veremos los restos de algunas xoxas, unas construcciones circulares con alrededor de 1,5 metros de altura que servían para almacenar los erizos de las castañas, cuando estos se desprendían de los árboles. Ya llegando al final de nuestro recorrido nos recibirá la bolera, conservada en muy buen estado, y donde aún se practica la modalidad de bolo celta. Si decides entrar para ver de cerca cómo es, recuerda ser respetuoso con este espacio del que todavía tienen la suerte de disfrutar muchos vecinos de la zona. Poco más allá, caminando hacia la carretera AS-219 que nos conducirá nuevamente hasta Navelgas, pasaremos junto al área recreativa, que cuenta con un pequeño parque infantil y numerosas mesas donde comer, merendar o descansar tras estos largos 9 kilómetros. Navelgas es uno de los pueblos más pintorescos del suroccidente de Asturias, y por ello no es de extrañar que fuera elegido Pueblo Ejemplar de Asturias en 2003 por la Fundación Príncipe de Asturias (actualmente Fundación Princesa de Asturias). Así que, antes de irte, no te olvides de subir dando un paseo hasta el barrio de Navelgas de Arriba, para disfrutar de su arquitectura tradicional. Es la zona más antigua del pueblo, donde todos los años se celebra la Noche Mágica y Festival del Esfoyón y el Amagosto, una jornada en la que el barrio retrocede al pasado a través de una muestra de tradiciones y oficios artesanales. Otra parada imprescindible para cerrar tu visita es el Museo del Oro de Asturias, donde aprenderás mucho más acerca del vínculo entre Navelgas y el oro. Además es un planazo para hacer con niños, ya que incluso podrán batear en busca de pepitas de oro y sentirse unos auténticos exploradores. ¡Maravillosas rutas para conocer a fondo el Paraíso Natural! ¡Así que si te han gustado, comparte este post en tu Facebook! Sandra F. Sánchez Powered by WPeMatico Compartir en Facebook Compartir Compartir en TwitterTweet Compartir en Pinterest Compartir Compartir en Linkedin Compartir Compartir en Digg Compartir