Para eliminar el bullying en las escuelas es necesario trabajar desde bien temprano con niños y niñas de manera transversal para evitar llegar a los casos que se escuchan a diario y que se traducen en datos alarmantes. La salud mental es un gran reto que tenemos por delante, según explica Sabina Pera, fundadora y directora del centro de apoyo psicológico y pedagógico de Todoape.es, que además insiste en la importancia no solo de la intervención sino principalmente de la prevención.

Desde las diferentes asociaciones, centros especializados e instituciones gubernamentales hablan de datos realmente alarmantes sobre el acoso escolar en los centros educativos españoles. Y es que, según la Asociación Española de Prevención del Acoso Escolar solo en el 2022 hubo 11.229 casos de acoso escolar grave.

Los expertos relacionan estas cifras crecientes por un lado por una mayor sensibilidad y visibilidad del tema, pero sin duda, existe una relación directa con el estrés causado por la pandemia del covid19.

De hecho, Sabina Pera, directora del Centro de apoyo psicológico y pedagógico Todoape.es que trabajan con más 30 centros escolares de toda la Comunidad de Madrid y atienden en su centro propio cada día cientos de casos, nos habla de la situación real que se están viviendo.

Acoso escolar, autolesiones, intentos de suicidio y depresión, entre los más jóvenes

“Nos enfrentamos a una situación social realmente alarmante que debemos abordar de manera inmediata. Los jóvenes están sufriendo la era post Covid como un gran revulsivo emocional que les está resultando muy difícil de gestionar. Vemos a diario decenas de casos de jóvenes y cada vez más niños con depresiones, autolesiones e intentos de suicidio y situaciones de violencia y acoso escolar. Se han multiplicado también los trastornos de alimentación y cada vez nos llegan más casos de disociaciones y trastornos de personalidad”, explica Sabina Pera.

Los centros escolares están absolutamente desbordados. No tienen capacidad, ni tiempo, ni formación, para abordar y poder intervenir con ciertos temas y dificultades psico emocionales y sin duda en el caso específico del acoso escolar los protocolos de actuación e intervención no están bien desarrollados.

Y es que, según explica Pera es muy difícil que un joven de 14 años se atreva a ir a su tutora con la que, por desgracia, en general, no tiene una relación excesivamente personal ni de confianza, a decirle que un grupo de niños de clase se están metiendo con él. Este acto lo ven inútil, ineficaz y en la mayoría de los casos les produce aún más miedo de ser etiquetado y señalado como el chivato, con lo cual la reacción del propio acosador sería de mayor ataque. Por tanto, el centro, en el mejor de los casos no puede actuar hasta que la gravedad del tema normalmente llega a las familias y son ellas las que acuden al centro escolar a reclamar apoyo. En algunos casos, es entonces cuando se abre un protocolo de actuación a través del centro escolar con la CAM para actuar y en otros, la realidad es que no se le da excesiva importancia al tema y se evita tener que abrir un protocolo por la imagen social que ello puede dar.

Prevención e intervención. Formar a mediadores y educar a los más pequeños

Por ello, Pera nos habla de la importancia no solo de la intervención sino principalmente de la prevención. “El acoso escolar debería ser trabajado desde niños de manera transversal para evitar llegar a los casos que escuchamos todos los días”. La base principal, nos dice, es trabajar con los niños la gestión emocional, general una red de apoyo entre iguales, ayudarles a entender que es el conflicto y los modos de resolverlos. Abordar sin miedo el maltrato entre iguales tanto físico, social, verbal, sexual y ahora sin duda a través del ciberbullying.

“Son demasiados los niños y niñas que quisieran ser invisibles para que nadie se burlara de ellos. Demasiados los que llegan a casa llorando. Los que odian ir al colegio por lo que allí viven. Y demasiados también aquellos que callan ante las agresiones o burlas de otros. Por ello el trabajo no es culpabilizar al “agresor” que es también víctima de un sistema y una educación, sino trabajar por crear una red de iguales sana, en las que los “observadores” juegan un papel absolutamente principal”, explica Sabina.

Se ha habilitado el teléfono 024 para atender 24horas a cualquier persona que necesite un apoyo para evitar desenlaces terribles. Para Sabina Pera “hay que hablar sin miedo de la salud mental, eliminar la estigmatización y barreras sociales establecidas. Hay que entender que los niños y jóvenes se han visto desbordados en su momento de crecimiento y desarrollo por un enfrentamiento constante a la muerte y estrés social con el Covid19, con la desazón de un futuro incierto, con un consumo de redes sociales e internet abrumador lleno de contenidos sexuales, agresivos y propagadores de ideas autolesivas”.

Según explica hay sin duda que trabajar para fortalecer la autoestima, dotarles de herramientas y técnicas para la gestión emocional, elaborar planes reales de convivencia, formar a mediadores sociales, educar en valores y sobre todo hay que llenar a los jóvenes de ilusión y esperanza en la vida”.

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